miércoles, 21 de enero de 2009

CARCEL


Él me dijo: -A los seis, siete meses de encierro te empezás a “comer la reja”…
Es una sensación física: las paredes y la reja se te vienen encima y querés escapar, y no podés, y te ahogas…
La penumbra permanente con las lámparas mortecinas tampoco ayudan…
“en la sombra, hacete sombra, y si el tiempo transcurre lento, movete despacio”…
Así le dijeron los hombres presos viejos.
Era la mejor defensa, acompasarse a la realidad, no resistirse…
Ritualizar, demorar la mayor cantidad de tiempo posible aún en las tareas más pequeñas, para que el tiempo pase…
Hacerse invisible en medio de tanta hostilidad…

la sabiduría tiene caminos que uno no recorre habitualmente...

6 comentarios:

maría ana.- dijo...

Madre!

Anónimo dijo...

escribir esa experiencia es una manera de recordarla...
gracias negrita
juli

malena dijo...

Tristes líneas...

Pero estoy segura que vos tenés alternativas más tentadoras
que esta invisibilidad con sabor a resignación

beso grande!

Santiago Cortiñas dijo...

Hace poco vi una película que hacía una reflexión acerca de los distintos modos de violencia contra los presos en la Irlanda de los años 80, en la cual pasaba algo parecido a lo que planteás en el post. También era muy intersante de ver qué ocurría cuando se ejercía violencia contra un tercero y cómo resurgía la piedad en los guardias cuando el preso utilizaba la violencia contra sí mismo.

Muy interesante

Miriam dijo...

recordás el nombre de la película... me gustaria verla... gracias por pasar.

el oceano es un gorila loco dijo...

La película se llama "Hunger" la vi en el Festival de Cine Independiente, no sé si estará a disposición para verla en un futuro.

Saludos!