martes, 7 de agosto de 2007

A propósito de los excesos...


Te escuché toda la semana. Escuché las mismas palabras, la misma entonación en la voz, el mismo gesto intransigente: mano dura, paredón, pobres, muerte, picana, venganza, represión, parias, sucios, escoria...
Sólo quiero decirte –si querés escuchar- que mucho antes que decidieras que es legítimo llevar al extremo la defensa de lo tuyo, este caos de hoy estaba previsto.
La maquinaria de exclusión puesta en funcionamiento desde hace años ha pulido con delectación de artista tu discurso, te ha obligado a repetir lo que quiere.
Sino, no se explica que vos, un tipo que va a misa de vez en cuando, manda a sus hijos a colegios religiosos, y condena tajante la muerte de un no nacido, termine justificando matar un ya nacido, sin preguntarse siquiera qué manchas le salpicaron la inocencia.
Que un tipo como vos, solidario con la cooperadora de la escuela y el club del barrio, que sabe del valor de la inclusión, del contundente privilegio de pertenecer, pida encierro, paredón y muerte para los que no pertenecen a ningún lugar...
Tu discurso no es inocente. A alguien le sirve esta clase media irracional e irreflexiva, Cuando gritaste “que se vayan todos” pusiste en jaque la idea de la representatividad, cuando gritaste “que se mueran todos” empezaste a romper la idea de comunidad.
No aceptes que el Estado, indolente o perverso, te delegue su obligación de administrar justicia. No dejes que las privatice.
En las últimas décadas, el sistema excluyó, empobreció, marginó y hoy a la vista de las consecuencias, perversamente, no se hace cargo. No está dispuesto a encarar el camino inverso, y cual si fuese una empresa deficitaria, pretende “privatizar” el control social, el monopolio de la fuerza. Y ahí estas vos. Para hacerte cargo, ocupar su lugar, arriesgarte a cometer el exceso. Todo te persuade de que ya nada puede hacerse. Y ahora te toca a vos. Y de victima te haces victimario.
Y te excedes, violento, incorporada en tu cabeza la idea de que “hay gente que no merece vivir” y caes en la tentación de ser un dios dueño de la vida y de la muerte.
Y vas a estar solo. Porque las consecuencias serán tu responsabilidad. Nadie va a achacarle culpa a las ideas de inequidad, intolerancia, impunidad, a la inutilidad del fracaso que venís escuchando.
Pensalo. Quizás a tu discurso de justicia por mano propia la advertencia le incomode. Quizás sea tarde.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

HOLA NEGRA!! SE TE EXTRAÑA EN EL CAFE-LO UNICO Q HAGO DESDE LA 7 A 8 AM,ANTES Q LLEGUE EL PRIMERO,ES TOCAR EL VIOLIN-ABURRIDA ESTOY, =(
BESITOS!! =)
NEGRA-

Anónimo dijo...

a proposito de los macri, los scott, los patti y el vecino de al lado que se la pasa pidiendo paredon para todos los "negros". Vos te salvas porque tenes el "alma blanca" (sé que eso te enoja mucho, je). Gus.

Anónimo dijo...

Querida negra: no se para que escribis con esfuerzo sobre este tema, si total tenes a dos bol...que te dejan comentarios tan vacios de todo sentido y contenido.Te quiere, yo

Lumi dijo...

Verdaderamente es un tema que primero tiene que pasar por uno mismo y ver que es lo que nos pasa a cada uno por dentro para después sacar la conclusión pertinente de un tema tan difícil.
No es fácil darse cuenta, negra de cuando nos están apuntando el discurso que llevamos en los labios y repetimos como loros.
Es maravilloso que exista gente como vos que nos dejas unas letras movilizantes.

Un abrazo grande.