miércoles, 18 de julio de 2007

Cardinal


Las convenciones del lenguaje deciden que el “Este” es sólo un punto cardinal. O quizás, variando acentuaciones, un adjetivo o un pronombre.
A veces, una accidente menor o una tragedia le da nuevo sentido a palabras viejas...
Y el “Este” puede adquirir nuevo sentido y convertirse, de repente, en la metáfora de ciertas soledades, o en la representación de los rumbos esquivos que se escapan...
También ocurre que a veces, de tanto en tanto, aparece una bienvenida complicidad que puede entender eso...
Como cuando ves las manchas de humedad en la pared o las nubes y a vos te parece ver trenes, caballos, barquitos... y nadie los puede ver con vos, o sí.
Me pasé estos días haciendo una compulsa preguntando dónde queda el este. Algunos sabían, otros acertaron, otros no tenían idea de su norte.
Igualmente, casi nadie entendió por qué de repente, había tomado importancia para mí saber si había cómplices dispuestos para ese juego...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una brujula para tu cumple (y con escobula). Te leo y parece que te estuviera escuchando. Espero verte pronto.

malena dijo...

Desde mi Este para el tuyo, aplaudo mirando al Este la aparición de este nuevo espacio, que apunta al Este.

Anónimo dijo...

Cuando me preguntaste donde estaba el Este, te termine de conocer....